Vivir el modelo «tradicional» de familia y no morir en el machismo

Hay cosas que me quedan bastante claras, una de ellas es que por más que se crean programas, campañas, contenidos en televisión, líneas telefónicas de denuncia anónima y tal, la violencia contra la mujer no está disminuyendo, incluso pareciera que aumenta y no es raro escuchar en las noticias internacionales, nacionales y locales casos verdaderamente indignantes. La nota policíaca en Hermosillo incluye siempre varios casos de violencia intrafamiliar en los que, por lo general, el alcohol y las drogas están involucradas. Esta es una cara del problema.

Hay otra cara, que es mucho más sutil y prácticamente aceptada por todos, se da en el interior de los hogares, sin golpes, sin gritos, sin alcohol ni drogas de por medio, son los modelos de conducta machistas que se reproducen y se repiten en los hogares.

En el título puse la palabra tradicional entre comillas porque es un término del que puede discutirse mucho y varía según la cultura, la región geográfica e incluso varía de familia a familia. Con el modelo de familia tradicional me refiero a la estructura de mamá, papá e hijos; actualmente hay otras formas de cohabitar en familia, unas más aceptadas que otras, como en todo. Ese es el modelo de familia del que yo formo parte, así fue mi familia de origen y así es la familia que he formado; además, soy mamá en casa (que no es lo mismo que ama de casa), es decir, que en este momento de mi vida he decidido poner pausa  a mi vida profesional y laboral para dedicar mi tiempo, esfuerzo, talentos, etc. a la crianza de mis hijos 24 horas al día, 7 días a la semana; a esto le sumo que practico una religión de las consideradas conservadoras respecto a las tendencias de la sociedad en general. Muchos pensarán que todo esto es un cóctel perfecto para que en los hogares de este tipo se viva un ambiente de dominación y/o sumisión femenina.

Tengo que decir que según mi experiencia no es así, no es una condicionante y mucho menos un justificante vivir un modelo tradicional de familia para reproducir patrones de conducta machista. La dominación masculina en los hogares se presenta en muy variados y distintos niveles: económico, sexual, intelectual, físico, lingüístico, académico, etc. y las mujeres somos cómplices siempre que permitimos este tipo de conductas y, tristemente, contribuimos a que estos patrones pasen de generación a generación.

Esa es otra cosa que tengo clara, yo no quiero contribuir a que futuras generaciones crezcan pensando que existe un sexo débil, o que las labores domésticas son por antonomasia responsabilidad de las mujeres, o que una mamá que trabaja fuera de casa es más exitosa e inteligente que las que deciden quedarse en casa (visión de mundo muy masculina), o que las mujeres somos inestables por cuestiones hormonales, o que crean que se puede decidir sobre el cuerpo de una mujer (anticonceptivos,partos, ideales de belleza), etc., sólo por mencionar algunas ideas comunes, cotidianas y tan equivocadas de lo que es la realidad femenina.

Yo quiero que mis hijos vean que en casa papá y mamá comparten las responsabilidades domésticas como la limpieza y la cocina. A mí me encanta cocinar, así que la cocina es mi territorio, pero odio doblar ropa y planchar, así que eso lo hace Pedro. Mientras yo cocino Pedro está con los niños (cuando él está en casa), él barre yo trapeo, si él pone a lavar ropa él la tiende, cambia de ropa y peina a Mateo y a Muriel por igual, tiende las camas por la mañana y varias cosas de las que probablemente no soy consciente. Por mi parte, he decidido que en este momento mi prioridad y principal responsabilidad son mis hijos, así he decidido ejercer mi maternidad y el ser mamá en casa no me convierte en ama de casa, hago lo que puedo y quiero.

A nosotros nos han funcionado muy bien estos roles, pero cada familia se acomoda según sus preferencias y necesidades. Pedro sale de casa a trabajar (o actualmente a estudiar), él principal ingreso económico lo aporta él y decidimos entre los dos cómo gastarlo, yo me quedo en casa a cargo de mis hijo, tal como lo he decidido, pero no es mi obligación, además, tener la casa «como un crisol», diría mi mamá. Las labores domésticas son responsabilidad de ambos, pero si hay algo que por pasar más tiempo en casa se me facilita hacer, lo hago; por ejemplo, que cuando Pedro llegue del trabajo o de la escuela haya algo listo para comer o que me ayude a terminarlo, no es lindo llegar del la calle cansado o cansada  y todavía tener que prepararse la comida, y ojo, esto va también para las mujeres que trabajan fuera de casa y que todavía tienen que llegar a su casa a cocinar para todos, eso no es justo; o que cuando uno de los niños se despierta en la noche sea Pedro quien se levante a atenderlo sin esperar a que yo lo haga . Este tipo de atenciones son gestos de amabilidad necesarios en una relación de pareja y van más allá del machismo o el feminismo.

Se trata de comunicarnos, de negociar, platicar mucho, discutir un poco (por qué no) y llegar a acuerdos que nos beneficien por igual y no dar por sentadas ideas sólo porque son costumbre. Hombres y mujeres, aún en estos tiempos, cargamos con patrones de conducta aprendidos en nuestras familias de origen y no será fácil removerlos, pero es nuestra obligación intentarlo y comprometernos con ello. Estas son sólo reflexiones en torno a las responsabilidades en el hogar, pero hay tantas cosas que se quedan en el tintero, tantos tipos de maltrato y dominación que no acabaría nunca.

Mis abuelas, bisabuelas, tatarabuelas y todas mis antepasadas tuvieron que criar hijos sin opción, lavar, planchar, barrer, trapear, cocinar hasta el hartazgo para que yo pudiera tener autonomía sobre mi vida y para que pudiera decidir mis prioridades y mis proyectos. Hoy mi realidad es diferente a la de tantas mujeres que han pasado por este mundo antes que yo y no voy a dar marcha atrás en este camino que ha costado tanto tiempo, tanto esfuerzo y tantas vidas construir.

5 comentarios en “Vivir el modelo «tradicional» de familia y no morir en el machismo

  1. Estoy nuy deacuerdo con tu manera de ver y hacer las cosas en familia.
    Mi esposa y yo hacemos lo mismo y el ser parte de la crianza de mi hija en todo sentido me hace sentir mejor hombre y mucho mas util.

  2. Buen post Adriana, me gusta como describes tu relación con Pedro, y que comprendes bien el rol que decidiste tomar, no por que así tiene que ser, sino por que tu lo decidiste. Saludos!

  3. MUY DE ACUERDO TODOS SEGUIMOS UN PATRON Y LAS GENERACIONES CAMBIAN Y DEBEN CAMBIAR DESGRACIADAMENTE HAY HOMBRES QUE POR QUE TRABAJAN Y UNO ESTA EN CASA YA NO QUIEREN HACER NADA YA NO DIGO EL QUEHACER EL CONVIVIR CON SUS HIJOS O SACARLOS =es lo que vivieron en su familia= SE SUBESTIMA EL TRABAJO QUE ES CRIAR A LOS HIJOS Y ATENDER EL HOGAR ME GUSTA LA PAGINA Y LOS TEMAS LOS SEGUIRE LEYENDO SUERTE Y FELICIDADES

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